Sobre mi

Sin embargo, mantuvo intacta su necesidad de cuidar a los demás y su deseo de contribuir a un mundo más justo. Con ese propósito en mente, decidió estudiar Derecho y obtuvo su Licenciatura, con la esperanza de construir un lugar donde la justicia y la equidad prevalecieran.

Y a medida que crecía, los obstáculos en su camino se multiplicaban, trayendo consigo las primeras decepciones. Al llegar a la edad adulta comprendió que sus sueños no eran compartidos por todos, así como tampoco sus valores.

Y así fue como poco a poco y, sin ser consciente de ello, en su intento por adaptarse se convirtió en una persona más, atrapada en la rutina de cumplir con todas las expectativas, siguiendo el ritmo de un mundo frenético donde soñar o actuar desde el corazón no parecía tener lugar. El estrés impuesto por la vida comenzó a tallar surcos profundos en su alma…

La pérdida de sus abuelos fue la última lágrima que desbordó su corazón, sumiéndola en un bucle de ansiedad, una clara señal de que no había sabido canalizar correctamente su energía emocional. Su mente, sumida en una profunda tristeza, empezó a somatizar ese dolor a través de su cuerpo y la tristeza inundó cada rincón de su ser…

Siempre, aunque bastante debilitada, había conservado la luz interior resplandeciente con la que nació y la pureza de la niña que un día fue … Solo necesitaba un soplo que avivara esa llama adormecida, y el yoga fue el aliento que reavivó el fuego que nunca dejó de arder.«

Aprendió a aceptar tanto la luz como la oscuridad, a conocerse, a escucharse, y a encontrar un aprendizaje en cada situación, buena o mala, que la vida le presentara. Porque entendió que todo lo que sucede es para evolucionar, y que cada historia, sin importar cuán insignificante o triste parezca, es parte de la construcción de nuestra alma.

El yoga la acompañó en el renacer de su esencia, y ese despertar la llevó a querer profundizar y formalizar sus estudios.